El paso del Señor Resucitado nace tras la Semana Santa de 2012, impulsado por dos motivos fundamentales: el gran trabajo realizado por la cuadrilla de costaleros y el hecho de que el antiguo paso no reunía las mejores condiciones ni características para su correcta procesión.
A partir de entonces, los costaleros comenzaron a solicitar presupuestos y bocetos a distintos tallistas, siendo finalmente elegido Pedro Benítez para llevar a cabo el proyecto. Bajo el lema «Un sueño se hace Real si son muchos los que lo sueñan», comenzaron a contagiar su ilusión tanto a la junta directiva, como a los hermanos de la cofradía y al pueblo de Alcázar en general.
Durante años, el trabajo constante, las acciones solidarias y los donativos hicieron posible ir financiando, poco a poco, las distintas fases del tallado, sin olvidar nunca el compromiso social. De ahí nacieron iniciativas como el ensayo solidario, la edición de calendarios benéficos o la donación íntegra de lo recaudado en 2020 a diferentes entidades sociales.
El paso es completamente de madera, incluyendo la parihuela, la canastilla y los respiraderos. Se ha trabajado con pino de Flandes y cedro real. Su estilo barroco se identifica fácilmente por la hojarasca tan característica del tallista Pedro Benítez. Cuenta con seis candelabros: cuatro de siete luces y dos de tres.
La canastilla, en forma de bombo, presenta ocho cartelas: cuatro en las esquinas, que representarán a los evangelistas, y cuatro en los paños centrales con escenas relacionadas con la Resurrección de Jesús. Además, se han añadido otras cuatro cartelas intermedias decoradas con motivos florales y cabezas de querubines.
El moldurón, que separa canastilla y respiraderos, está decorado con racimos de uvas y hojas de vid, haciendo un guiño a la tierra y simbolizando también la identidad eucarística de la hermandad. El conjunto se completa con cuatro maniguetas que evocan a los primeros hermanos que portaban al Señor a hombros.
La última fase del proyecto ha sido la de los respiraderos, estrenando este año los laterales, que mantienen el mismo estilo y completan así un conjunto artístico impresionante. En ellos se han incluido cuatro cartelas centrales: en el frontal, el escudo de la hermandad; en el trasero, el de la parroquia de Santa María la Mayor, sede canónica. En los costeros, dos símbolos que resumen el mensaje pascual: el pelícano, símbolo del amor sacrificado, junto a la frase “Anunciamos tu muerte”; y el cordero pascual, acompañado de “Proclamamos tu resurrección”, recordando la doble misión de esta cofradía y su cuadrilla de costaleros: ser testigos de la muerte y de la vida, durante la Semana Santa y todo el año.
Desde La Cruz de Guía queremos dar las gracias por compartir esta historia, por el esfuerzo constante y el bonito trabajo que se está realizando. Cada talla, cada detalle y cada símbolo hablan de fe, entrega y sueños compartidos.
Deseamos con ilusión poder contemplar pronto este paso completamente terminado, como fruto de tantos años de dedicación y como testimonio vivo de la Resurrección que se celebra… y se lleva a costal.